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viernes, 6 de septiembre de 2013

Siempre, otra mentira.

La razón por la que estoy cambiando, la razón por la que ahora valoro más las acciones que las palabras, es porque ya estoy bastante cansado...

Cansado de escuchar un “Te quiero” como el que dice “Hola”. Cansado de que me digan “Te echo de menos”, pero no me lo demuestren realmente. Cansado de que me digan “Si me necesitas aquí estoy” y que cuando lo necesito, no haya nadie a mi lado. Cansado de que me digan “Para mi eres importante” y que jamás hablen conmigo si no soy yo quien empieza la conversación.

¿Sabes cuál es el valor de las palabras anteriores? Sí, exacto, ninguno. Son palabras vacías, palabras falsas, palabras que no valen nada. Palabras… palabras… sólo palabras.

Y es que, el verdadero valor de las palabras, se adquiere cuando quien las dice, te las dice desde el corazón. Cuando el que te dice “Te quiero”, te lo dice porque eres especial en su vida, porque realmente lo siente así. Cuando el que te echa de menos, ha pasado todo el día queriendo hablar contigo. Cuando el que te dice que estará ahí cuando le necesites, no sólo está en los buenos momentos, sino también en los malos. Cuando el que te dice que eres importante en su vida, te lo demuestra con hechos y no con palabras que no siente realmente.

Pero bueno, supongo que la vida es un poco así. Llena de personas que dicen lo que sienten y otras que no sienten lo que dicen…

Del blog: http://historiasdeunchicoencaos.blogspot.com.es/2013/08/el-valor-de-las-palabras.html?m=1