Ahora sinceramente ya no pienso en el amor. Bueno en el fondo sí lo hago, pero no de una manera tan planificada y obsesiva como hasta hace poco. Por el momento he decidido adaptarme a la idea que mantiene esta regla: "Si tiene que venir vendrá; si alguien te abraza, lo abrazas, y si no te abraza, pues no lo abrazas, y ya esta, no pasa nada".
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