Siempre.

-¿Te vas?

+Sí. Pero antes prométeme que eso no será un problema. Que la distancia no va a poder con esto. Prométeme que cuando vuelva te vas a  acordar de mí. Que vas a recordar cada momento que pasamos juntos, excepto esta puta despedida. No quiero que me prometas que me llamarás todos los días, ni que me echarás millones de menos. Pero sí quiero que me prometas que confiarás en mí, que aprenderás a vivir sin mis besos diarios, que...

-Espera. No puedo prometerte nada de eso. Y mucho menos que aprenda a vivir sin que estés a mi lado. No pienso derramar ni una sóla lágrima, porque esto acaba aquí. Esta mierda de despedida. Tal vez recuerdes aquel día que dije que recorrería el mundo entero por tí, que me mataria por estar a tu lado. Y así será. Siempre. Si de verdad soy lo más importante, coge mi mano y vayámonos, lejos, muy muy lejos de aquí. No me importa a dónde si es contigo.