A veces se me olvida ese momento en el que me dejaste claro que ya no sientes nada por mí, que lo que paso entre nosotros ya no volverá a pasar. El momento en el que me hiciste creer que tú y yo somos de mundos distintos, donde el mío se llama amor y el tuyo no tiene nombre de ningún sentimiento. El momento en el que comprendí que el corazón puede doler literalmente por amor, por romperse; que a veces te falta el aire y te asfixias, y quieres asfixiarte. Y que me resucites.
Como haces cada vez que me miras, que me sonríes.
Aun sabiendo que jamás seremos más que compañeros de un sueño.
Como haces cada vez que me miras, que me sonríes.
Aun sabiendo que jamás seremos más que compañeros de un sueño.
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